Nuestro municipio se encuentra en la localidad española de la provincia de Salamanca, perteneciente a la comunidad autónoma de Castilla y León. Se integra dentro de la comarca de Guijuelo, perteneciendo al partido judicial de Béjar.
Berrocal de Salvatierra, junto a otros 7 municipios (Aldeavieja de Tormes, Fuenterroble de Salvatierra, Guijuelo, Montejo, Pedrosillo de los Aires, Pizarral y Salvatierra de Tormes), forman parte de la subcomarca de Salvatierra, también conocida como el condado de Salvatierra.
El topónimo Berrocal es la habilitación como nombre de lugar del apelativo berrocal, cuyo significado es lugar donde hay muchos berruecos/barruecos de peñascal de pizarra, elemento dominante en nuestro municipio y que le da nombre al mismo.
El término municipal está formado por los núcleos de población de Berrocal de Salvatierra, Las Dehesillas y Los Recios, aunque estos dos últimos se encuentran despoblados. Berrocal de Salvatierra ocupa una superficie total de 30,55 km² y según el padrón municipal elaborado por el INE en el año 2017, cuenta con una población de 85 habitantes.
En cuanto a términos topográficos, Berrocal de Salvatierra es muy ondulado; formado por cerros destacables como la Peña Abunacada, el Monte Nuevo o la Cuesta de la Iglesia, donde el pueblo se asienta en las laderas de estos cerros. El punto culminante es El Carrascal, con una altura de unos 993 metros sobre el nivel del mar y que se encuentra al noroeste del término municipal, haciendo límite con Pedrosillo de los Aires. En este municipio, es donde nace el río Alhándiga; que se forma en la confluencia de los arroyos de Navalcuerno y Valdelosanchos. El municipio se asienta sobre un suelo de antiguas rocas volcánicas compactadas, tales rocas compactadas da la forma de la pizarra y el granito, datando todo del Precámbrico y Paleozoico.
Con una extensión de 3055 hectáreas, el término municipal se haya recorrido por varios arroyos, que dan nacimiento al río Alhándiga, el cual inicia su curso en el extremo oriental, lindando ya con el municipio de Montejo. Los extremos noroccidental y suroccidental limitan con la Calzada de la Plata, trazada por los Romanos en los primeros siglos de nuestra era, precisamente dada la proximidad de dicha vía de comunicación, no resulta que uno de los primitivos miliarios de señalización de la misma, fuese trasladado tiempo después, hasta el atrio que rodea la iglesia parroquial del pueblo situada en un altozano, por cierto que en las inmediaciones de esta, se pueden observar restos de un antiguo santuario, posiblemente de origen prehistórico, dominando la vista sobre el arroyo de naval cuervo, afluente del río Alhándiga. Otros vestigios de poblamiento antiguo se descubren en las riberas de aquél, las cuales se hallan flanqueadas por rocas de cuarcita. Un cordel de ganados discurre por el extremo norte del término y enlaza con la Calzada de la Plata. Numerosos arroyos y fuentes, humidifican el terreno en el que se alzan algunas someras elevaciones, al oeste del pueblo, enlazado a través de un camino con el santuario de la Fuente Santa, en cuyas proximidades se extiende un encinar. Al igual que los restantes lugares de la comarca de Salvatierra el origen de Berrocal, se remonta a la baja edad media, aunque ya con anterioridad hubo un asentamiento Visigodo como así lo testimonian determinados restos arqueológicos, hallados en el término municipal, y que cabría fechar en los siglos VI-VII después de cristo.
La fundación de Berrocal se remonta a la repoblación llevada a cabo por el rey de León Alfonso IX a principios del siglo XIII, cuando quedó incluido en el Alfoz de Salvatierra, dentro del Reino de León. La colonización de la tierra del nuevo mundo originó fuertes movimientos migratorios, desde numerosos lugares de España, de Berrocal de Salvatierra partieron varios vecinos, uno de ellos llamado Cristóbal Gallego, embarcó hacia Veragua, en el año 1535. El otro llamado Martín Sánchez embarcó como criado en el año 1565, rumbo al Perú; hay que decir acerca de este último que la correspondiente tarjeta de embarque, no especifica si procedía de Berrocal de Huebra, de Berrocal de Salvatierra, de Berrocal de Padierno, o simplemente del Berrocal, que era anejo de Sahelices el Chico, en el partido de Ciudad Rodrigo, pero dada la escasa entidad de este último Berrocal, constituido en Dehesa; es probable que el citado Martín Sánchez fuese vecino de Berrocal de Salvatierra. Cuarenta y nueve vecinos tenía Berrocal en el año 1591, en los años siguientes conocería un considerable descenso demográfico, llegando al primer tercio del siglo XVII, con veinte vecinos según, el visitador de la diócesis. En aquella época en la iglesia parroquial dedicada a nuestra Señora de la Asunción, conservaba sus tres naves y su capilla mayor en buen estado, contaba con un retablo antiguo, y una imagen de la virgen rodeada de seis ángeles, todo ello tallado en madera. La recuperación demográfica de la localidad que nos ocupa, fue espectacular a lo largo del siglo XVIII, en el año 1787, se había cuadriplicado la población, se contabilizaban según el censo de Floridablanca, 336 habitantes, equivalentes a unos 84 vecinos. Bien entrado el siglo XIX, la primera guerra Carlista, movilizó a milicias populares en distintas localidades, de la provincia de Salamanca, así en el año 1835 se formó un nutrido grupo, de más de 2.000 hombres que corrió en auxilio de zonas limítrofes amenazadas, por facciones Carlistas, contrarias a Isabel, hija de la regente María Cristina, quien había sido esposa de Fernando VII, hasta la muerte de este en el año de 1833. Las luchas entre los Isabelinos o partidarios de la citada Isabel y los Carlistas, partidarios de su hermano Carlos María Isidro, se prolongarían con algunos lapsos de paz, a lo largo de los dos últimos tercios del siglo XIX, diferenciándose a los debidos efectos, entre la primera y la segunda guerra Carlista. La participación de las milicias de Berrocal de Salvatierra, tuvo lugar en el referido año de 1835, estos se agregaron a las milicias de otros lugares, como Fuenterroble de Salvatierra y Guijuelo entre otros, y dicho contingente armado, se uniría a otros contingentes procedentes de la sierra de Béjar, los cuales operaban en apoyo de milicianos, Extremeños y Abulenses, contra un grupo de Carlistas, que amenazaban determinadas áreas del sistema central, en aquella ocasión y como ya ha destacado oportunamente el profesor Martín Rodrigo, la intervención de las citadas milicias, fue más espectacular que eficaz, pero en el verano de ese mismo año, volvería a ser recabada la intervención de aquellas, para llevar a cabo la persecución de otra facción Carlista, encabezada por Santiago León, la cual venía actuando en la sierra de Gredos, al amparo de los movimientos de los distintos grupos armados inmersos en la guerra, medraron y se aprovecharon otros, constituidos por simples bandoleros que cometían diversos actos de saqueo y pillaje en una serie de localidades vecinas de Berrocal de Salvatierra, como así ocurrió en Montejo donde en diciembre del año 1836 entró un grupo armado, por una decena de hombres, que se apoderó de varias alhajas de plata, ropas, un caballo, una escopeta, dos pistolas, y además robaron 6.000 reales, al párroco del lugar según datos aportados por el mencionado Martín Rodrigo, al cabo de varios meses se averiguó que aquellos asaltantes eran gitanos. Con la creación de las actuales provincias en 1833, Berrocal quedó integrado en la provincia de Salamanca, dentro de la Región Leonesa. Hacia el año 1845 Berrocal de Salvatierra tenía una población de 96 vecinos, con un total de 394 habitantes, el pueblo disponía de una escuela de instrucción primaria a la que acudían 35 niños. El monte de encinas mantenía un elevado número de cabezas de cerdo que según Madoz, constituían 200 cebones y 800 manandares, también se criaba ganado vacuno y cabrío y lanar. La producción de trigo era poco destacable pero en cambio, se cultivaba bastante centeno. La correspondencia se recibía desde la villa de Salvatierra, y los caminos de comunicación con los pueblos limítrofes se encontraban en buen estado. A mediados del siglo XX Berrocal de Salvatierra, había alcanzado demográficamente un cierto auge, así según el censo de población correspondiente al año 1950, dicha localidad figuraba con 542 habitantes, lamentablemente tres décadas después había perdido ya casi las dos terceras partes de su población, quedándose tan solo con 196 habitantes en el año 1981. En el año 1957 había un salón de baile y un cine, además de un teatro ambulante, existía una posada, capaz de albergar a cinco personas, una escuela de niños y otra de niñas, y funcionaban en el pueblo un molino de piensos, un taller de fabricación de carros, un tejar y una tahona. Años atrás había sido abierta una mina de plomo que estaba ya abandonada, existían dos tiendas de ultramarinos y dos bares, en los terrenos del término se mantenían más de 2.000 cabezas de ganado lanar, además de 300 de vacuno, 240 de cerda, 80 de cabrío y 20 de caballar, había también 1500 gallinas y 15 colmenas, las casas del pueblo se hallaban construidas en pizarra, y constaban de varias habitaciones en la planta baja, y en la alta, companera o sobrado, el tejado a dos aguas y las puertas de dos hojas.
Fuentes:
Video-resumen histórico: Pedro Villar producciones
Wikipedia